Revelan nuevos detalles sobre la muerte de Sam Rivers, bajista de Limp Bizkit

Revelan nuevos detalles sobre la muerte de Sam Rivers, bajista de Limp Bizkit

El fundador del grupo de nu metal tenía 48 años. Su última presentación en Colombia, durante el Festival Estéreo Picnic 2024, dejó un mensaje que hoy cobra sentido: “Fuck Cancer”.

Murió Sam Rivers, bajista y uno de los miembros fundadores de Limp Bizkit, a los 48 años. La noticia fue confirmada este sábado 18 de octubre por la banda estadounidense a través de sus redes sociales:

Sam no era solo un bajista, era pura magia; el pulso debajo de cada canción, la calma en el caos, el alma en el sonido”, escribió el grupo.

Rivers fue el responsable de muchas de las líneas de bajo que definieron el sonido del nu metal de los 2000, junto a Fred Durst, Wes Borland, John Otto y DJ Lethal. Con Limp Bizkit vendió más de 40 millones de álbumes, incluyendo los clásicos Significant Other (1999) y Chocolate Starfish and the Hot Dog Flavored Water (2000). 

Una lucha silenciosa

Aunque la banda no especificó la causa exacta de su muerte, distintos medios internacionales, incluyendo The Economic Times— recordaron que Rivers había atravesado serios problemas de salud.
En 2015 debió retirarse temporalmente de los escenarios tras sufrir una insuficiencia hepática provocada por el consumo excesivo de alcohol, lo que derivó en un trasplante de hígado en 2017.
En una entrevista con Loudwire, el músico confesó que los médicos le advirtieron que si no cambiaba su estilo de vida “iba a morir”. Desde entonces se mantuvo sobrio y se convirtió en un símbolo de disciplina dentro de la banda.

“Fuck Cancer” en el Estéreo Picnic

Su última visita a Latinoamérica fue durante el Festival Estéreo Picnic 2024 en Colombia, donde apareció en el escenario con una camiseta que decía “Fuck Cancer”. En ese momento, el gesto pasó casi desapercibido; hoy se interpreta como una declaración de resistencia y esperanza, un grito de alguien que ya conocía la fragilidad del cuerpo, pero también la fuerza de la música. Sam Rivers fue mucho más que un bajista: fue el puente entre la agresividad del rock y el groove del funk, el encargado de mantener el equilibrio entre caos y precisión dentro del sonido de Limp Bizkit.
Su partida deja un vacío profundo, pero también una huella imborrable en quienes crecieron con su bajo retumbando en canciones como Nookie, My Generation y Take a Look Around.

Revive el show de Limp Bizkit en el Estereopicnic 2024

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